Seboruco, de centenarias tradiciones regionales; envidiable rincón de la naturaleza andina; privilegio solar de paz, tranquilidad; y sinfonía multicolor de flores tiernas y olorosas; pueblo humilde, sencillo y laborioso cuya hospitalidad jamás ha sido desmentida; tierra grata de hermosas muchachas sonrosadas por las caricias de la brisa andina y por el sol ardiente que hace brotar con fuerza los frutos de la tierra; noble región que ha dado a Venezuela una legión de hombres y mujeres que se han destacado con imagen propia en las más dignas y progresistas profesiones y que cuenta, para satisfacción de la esperanza, con una juventud que comprende su responsabilidad futura
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